Cacerolazos con ollas vacías. Iniciando la semana, la comuna de El Bosque fue escenario de fuertes protestas, coincidentemente, a siete meses desde que se detonara las manifestaciones, en octubre pasado. La cuarentena, la cesantía, y la ausencia de ayuda estatal, ha dejado a poblaciones sin ingresos, ni comida. A fines de mes iniciará el pago del bono Ingreso Familiar de Emergencia, en tanto, el gobierno anunció 2,5 millones de canastas con mercadería que se comenzarán a entregar desde la próxima semana. Medidas que pobladores, dicen son insuficientes.
Más de 400 personas, cuentan los testigos, eran las que estaban en calle San Francisco, comuna El Bosque, en medio de los disturbios desarrollados el lunes. Pobladores iniciaron una manifestación por la falta de ayuda estatal para enfrentar una cuarentena total. Muchas familias hacinadas, sin ingresos, cesantes, contagiadas, expuestas a la pandemia. Ya pasada las 21 horas, Carabineros afirma que se logró controlar la situación, hubo 37 detenidos.
Acusan falta de ayuda estatal. Dicen no tener qué comer. Una pobladora del sector Almendro 1, El Bosque, conversó relata que muchos vecinos son trabajadores independientes, no tienen ingresos bajo el confinamiento, “hay una feria de cachureo, la gente está vendiendo lo que puede vender”. Bajo el concepto de hambre, denuncian que el gobierno no ha entregado ninguna ayuda social o económica frente a la gran crisis de los sectores vulnerables.
En respuesta a las protestas, Carabineros actuó con carros lanzaaguas y bombas lacrimógenas contra los manifestantes. Los gases afectaron a las viviendas aledañas a los enfrentamientos. “Hay mucha rabia”, comentan los asistentes, “esto venía de antes pero se intensificó con la pandemias”. Los locales de barrio dicen que hay una baja en las ventas, existe una crisis en los barrios donde la cesantía reina y cumplir un mes se vuelve cuesta arriba.
Intentando bajar la efervescencia social, el presidente Sebastián Piñer anunciaba al mediodía del lunes 2,5 millones de cajas con mercadería para las familias más vulnerables. Medidas que no calmaron las manifestaciones, sino que, se agudizaron durante la tarde replicándose en otros sectores como Villa Francia, Estación Central; la Alameda, Santiago Centro; Villa Esperanza, Maipú; Lo Hermida, Peñalolén; entre otras comunas. En la Villa Olímpica, Ñuñoa, también se registraron barricadas y cacerolazos.
En Punto Prensa converso junto a Camila Robledo, integrante del Comité de Apoyo Villa Olímpica, el estado interno de la comunidad, “hay gente sin trabajo, gente adulto mayor, inmuno deprimida”. Se han apoyado en la comunidad para enfrentar la cuarentena total con frecuentes ollas comunes para los vecinos, es una cosa histórica de la villa dicen sus dirigentes, “hay distintos puntos de organización que se preocupan por el bienestar de los vecinos que les faltan cosas para que no lleguen con hambre a fin de mes”. Sin embargo, aceptan que en otros territorios no existe esa posibilidad y las familias no reciben ayuda alguna, “posterior a la dictadura, muchos focos de organización dentro de las poblaciones fueron destruidos. No tienen un colchón que te permita dar respuesta a la ineficiencia del gobierno y a una pandemia”. En el análisis sobre la situación ocurrida en El Bosque, Camila concluye que “la gente está dispuesta a salir a la calle y contagiarse, y morir probablemente contagiados, por decir ‘tengo hambre’. Hay una cuestión de supervivencia, que para la gente es más importante, en este momento, poder salir, encontrar un trabajo, poder comer y darle de comer a sus familias, que cuidar su salud”, agrega que “vivimos en un sistema que no está hecho a la medida de las familias trabajadoras en nuestro país, y eso no es casualidad”.
Lo Hermida
En la población Lo Hermida de Peñalolén también se han registrado desórdenes desde que estallara la protesta en El Bosque. Si bien, sus dirigentes aceptan que aún no se puede comparar las situaciones de ambas comunas, sí diagnosticaron un grave problema de cesantía. En Punto Prensa profundizó sobre el estado de la población junto al presidente de la Agrupación por la Vivienda Luchadores de Lo Hermida, Santiago Castillo. “Con la primera cuarentena en el sector oriente de la capital hubo un impacto en la economía familiar, porque muchas mujeres trabajan en servicios que están ubicados en el barrio alto, y muchos hombres trabajan en la construcción, también en el barrio alto”, dicen que ese factor se notó en las ferias y en el consumo de las personas.
La pandemia ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de los sectores más pobres. “Nuestras comunidades tienen muy poca capacidad de ahorro, entonces cuando dejas de trabajar un día se nota. Otro grupo de gente sí tiene mayor capacidad de ahorro dentro de la población, pero hay un sector que está más precario y se ha visto afectado inmediatamente. A dos meses del inicio de todo esto, las familias que tenían un poco mayor ahorro se ve afectada”, postula el timonel de la organización en Lo Hermida.
Ante el problema de la alimentación, dirigentes han levantado ollas comunes para ir en ayuda de los pobladores y pobladoras. Sin embargo, desde la comunidad han visto limitados sus recursos para asistir en autogestión, “siempre tratamos de impulsar una línea tratando de no depender de nadie, pero en esta situación necesitamos apoyo de otras partes para poder financiar el acopio”, dice Castillo, con ello agrega que “la gente no está teniendo ni el más mínimo recurso para poder parar una cooperativa. Los mismos que antes donaban un paquete de tallarines para hacer la olla común, hoy se lo guarda para alimentar a su familia, y es súper entendible”. En estas instancias, necesitan la ayuda de actores sociales.
El Bosque
En el límite de El Bosque con La Pintana se ha enfocado las protestas ciudadanas por abastecimiento familiar. Vecinos aseguran que fue un estallido espontáneo, a raíz del abandono gubernamental respecto la pandemia, descartando la tesis impulsadas por voces políticas que trataron de vincular las manifestaciones con ideologías partidistas. “Aquí uno lo ve en carne propia”, nos relata Alfredo Robledo, feriante de ropa americana en la comuna El Bosque, “está la gente cansada, está la gente agotada. Yo creo que fue algo del inconsciente (ir a protestar)”. La realidad de las familias en El Bosque es dramática, Alberto nos comenta que “de la fuerza laboral que hay en El Bosque, la mayoría sale fuera de la comuna a trabajar. La mayoría trabaja en la construcción, en servicios. Eso yo creo que fue el detonante, porque se está notando que le faltan las lucas”. Los feriantes tienen una medición palpable del conflicto, Alberto dice que “en un principio la gente estaba desesperada comprando la mercadería, o las frutas o verduras, pero ahora ya se nota que la gente está comprando menos, lo justito no más”.
“Comprensión y tranquilidad” pidió el presidente Sebastián Piñera ante los anuncios de ayuda con alimentos para los sectores más vulnerables. El Intendente Metropolitano, Felipe Guevara, junto a varias voces oficialistas, condenó las manifestaciones, “el coronavirus está muy feliz de que esas personas estén actuando como están actuando. Si bien entiendo y simpatizo con personas que lo están pasando mal, no es la forma”, fueron las palabras de la autoridad regional.
Por el momento están en curso tres querellas interpuestas por La Moneda a raíz de las manifestaciones en El Bosque. La primera contra dos personas detenidas por porte de objetos incendiarios. La segunda, contra un grupo de 10 personas por el saqueo a una distribuidora de gas. Y la tercera, contra tres personas, y quienes resulten responsables, por los desórdenes bajo la Ley Anti Barricada. Todas ellas suman el delito de atentado contra la salud pública.