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La voz de las organizaciones sociales (I)

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El plebiscito no es el término de la revuelta. La salida institucional a un conflicto violentamente reprimido que ha costado vidas, mutilaciones, violaciones a los derechos humanos y presos/as políticos/as, hoy comienza reflejando la voluntad popular en las urnas del país y el mundo. Las organizaciones sociales que han mantenido sus dos pies en las calles, dejan expresa su opinión.

Karina Nohales, Vocera Coordinadora Feminista 8 de Marzo

¿Qué opinas sobre la gestación del proceso del plebiscito?

Nosotras hemos dicho desde el primer momento que el proceso constituyente se inicia el 18 de octubre del 2019, que este es un proceso de los pueblos. También hemos dicho desde el primer momento que el acuerdo por la paz social y la nueva constitución que habilita este plebiscito, no es nuestro acuerdo, por el contrario, es el acuerdo de los partidos impugnados por los pueblos en la revuelta. Es el acuerdo de un parlamento que tenía un 3% de aprobación al momento en que lo suscriben, es un acuerdo que contiene un blindaje en clave de impunidad al gobierno criminal de Sebastián Piñera y que otorga la posibilidad de terminar por fin con la constitución de Pinochet, lo que ha sido por 40 años una demanda social que se ha convertido hoy en ineludible, ¿No?, pero que los términos que han pactado estos partidos buscan deliberadamente excluir de este proceso a los y las protagonistas de la revuelta, colocando el protagonismo justamente en aquellos sectores que tuvieron 40 años para cambiar la constitución y que nunca han querido hacerlo. Es un intento de clausurar por arriba lo que hemos abierto por abajo, en una clave excluyente, autoritaria y represiva. Nuestra tarea es ante todo, impedir que se cierre, se concrete.

¿Cuál es la relación entre el plebiscito y la revuelta?

La relación entre el plebiscito y la revuelta es contradictoria, ¿No? Este plebiscito es innegablemente resultado de la revuelta, sin la revuelta el plebiscito simplemente no existiría, pero es un resultado en el que nadie se reconoce plenamente. No se reconocen plenamente ni quienes suscribieron el acuerdo y que hoy llaman a votar rechazo, ni quienes suscribieron el acuerdo, y que desde el primer momento reclamaron a lo mismo que firmaron, tratando de modificar varios de esos aspectos. Lo más importante, no se reconocen plenamente en este acuerdo los pueblos en revuelta que van a ir a votar apruebo, pero con plena consciencia de las trampas de este proceso y reclamando su participación en este escenario que han abierto con su propia actividad, y cuya iniciativa ha sido expropiada por los impugnados, por lo tanto el voto apruebo no puede entenderse en este momento como un cheque en blanco, como una subordinación o como un acto de confianza hacia los partidos que impusieron sus condiciones en este proceso. El voto popular por el apruebo hoy, es un voto contra la derecha en primer lugar, es un voto contra los militares, es un voto contra los grandes empresarios y es un momento más en que se va a expresar, ojalá de manera absolutamente contundente, la voluntad popular en un campo de disputa que sigue abierto.

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¿Qué expectativas tienen de un inminente proceso constituyente?

Nuestra posición es de desconfianza hacia este proceso, en la medida en que este proceso se desarrolle bajo estas normas que pactaron los partidos, pensamos que va a ser incapaz de recoger las aspiraciones populares que se expresaron y se pusieron en juego en la revuelta. Y en este sentido nosotras llamamos a votar apruebo y convención constitucional sin engañarnos, y sin llamar a nadie al engaño. La posibilidad de revertir este escenario está dada por la capacidad que tengan, que tengamos los pueblos, los sectores organizados y no organizados de subvertir los términos  que nos han impuesto, y a través de la movilización, para que sea la voz de la calle la que mande dentro y fuera de la convención constitucional. En este sentido, es que nuestra confianza está depositada exclusivamente en nuestras propias fuerzas como clase, como movimientos sociales con estricta independencia de los partidos que han administrado las últimas tres décadas de transición democrática neoliberal. Además, pensamos que el feminismo como una potencia de masas, muy dinámico y que aporta perspectivas programáticas profundamente transformadoras, tiene un rol muy importante que jugar en la posibilidad de subvertir los términos que nos han impuesto, y nuestra tarea  es sostener ese impulso desde este lugar en que nos organizamos.

¿Cuáles son las demandas principales a instalar en este contexto?

Respecto de nuestras demandas principales, nosotras hemos definido 3 centralidades; la primera tiene que ver con el contexto político en que se está dando este proceso constitucional, que es un contexto de violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos, es un contexto de militarización y de toque de queda, de represión y total impunidad respecto de las más de 40 personas asesinadas desde el 18 de octubre de 2019, de las más de 400 víctimas de trauma ocular, de los más de 400 casos de violencia política sexual, de las casi 5000 denuncias por violaciones a los Derechos Humanos de las cuales alrededor de 1300 corresponden  a niños, niñas y adolescentes menores de 18 años de edad. Para nosotras es central seguir exigiendo la salida del gobierno criminal de Sebastián Piñera, la salida del general director de carabineros Mario Rozas y la disolución de esa institución, así como el juicio y castigo de los responsables políticos de haber declarado la guerra al pueblo y de haber ordenado y materializado estos ataques que hemos vivido. La segunda demanda tiene que ver con desbordar, o lo que como nosotras hemos llamado, saltar los torniquetes de este acuerdo; en primer lugar que no exista esta norma de los dos tercios, este veto de minoría. Que no exista veto a la participación de dirigencias sindicales y vecinales en este proceso, de que existan escaños reservados y paritarios para los pueblos originarios, y por la participación efectiva de independientes en el proceso. La tercera tiene que ver con la necesidad de colocar nuestras demandas feministas, las vidas de las mujeres y disidencias en el centro del debate político, en este sentido es vital articular espacios constituyentes de deliberación popular, en que los movimientos sociales podamos desplegar de manera coordinada nuestra acción, y colocar nuestras demandas y nuestro programa por delante.

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¿Qué debería ocurrir con las manifestaciones?

En relación a las manifestaciones como coordinadora feminista 8M ya decidimos que la calle no la soltamos. Que no soltamos las movilizaciones, que no soltamos tampoco el encuentro plurinacional de las y les que luchan, ni la huelga general feminista por ningún motivo. Ahora, más allá de esta decisión nuestra, pensamos que en general la crisis económica es un factor que puede determinar una dinamización más amplia de la movilización una vez más, porque estamos en un país con un 30% de cesantía, en que la violencia machista, la crisis de los cuidados,  y de los derechos sexuales y reproductivos se ha agudizado. Lo mismo que el hambre, lo mismo que la crisis de la vivienda, etcétera. Todas estas urgencias que ya se habían tornado insostenibles antes de la pandemia, y que de hecho nos hicieron estallar en revuelta, no sólo no han tenido respuesta alguna, sino que se han agravado de una manera alarmante. Y por otro lado, está el hecho de que independientemente de la decisión de participar o no en la convención constitucional, las organizaciones y movimientos sociales nos vamos a ver irresistiblemente en la posición de hacer política y movilizarnos en torno a las cosas que se van a debatir en la convención también, porque si el día de mañana la convención constitucional discute si el agua puede ser o no apropiada privadamente, las organizaciones no vamos a ser indiferentes a ese debate y vamos también a tener que movilizarnos y tener posiciones ante lo que se vaya discutiendo, porque muchos de esos contenidos van a ser cuestiones muy trascendentales. Entonces es fundamental no sólo mantenernos movilizadas, sino hacerlo de la manera más coordinada y transversal posible tanto en la forma, como en el contenido.

¿Cuál es el llamado al pueblo?

Nosotras nos llamamos en primer lugar a mantener abierto el proceso inaugurado el 18 de octubre y a desbordar a través de la movilización los términos que esta minoría impugnada pretende imponer. Nosotras nos llamamos a transformar la convención constitucional en una asamblea constituyente feminista plurinacional, libre y soberana, nos llamamos a defender el proceso constituyente que fue inaugurado en las calles, en las protestas, en las asambleas, en las barricadas, proceso que no comienza ni termina mañana 25 de octubre. Nos decimos que no pueden lograr con sus acuerdos cerrar lo que abrimos y llamamos a no delegar la continuidad del estallido social. Nos llamamos a sostener la revuelta, el deseo profundo de otra vida, a seguir dibujando y transformando un horizonte a muchas manos, a muchas voces. Nos llamamos a organizarnos, a no soltar las calles, ni la radicalidad de lo que hemos abierto, ni la denuncia frente a la impunidad. Nos llamamos a no callar, a no agachar la mirada, a no perder la confianza en nuestra propia fuerza y a cuidarnos a nosotros y a nosotras como pueblo. A saltar juntas, juntes, juntos, sin miedo y sin permiso todas las trampas y los torniquetes que nos tratan de imponer.

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