El plebiscito no es el término de la revuelta. La salida institucional a un conflicto violentamente reprimido que ha costado vidas, mutilaciones, violaciones a los derechos humanos y presos/as políticos/as, hoy comienza reflejando la voluntad popular en las urnas del país y el mundo. Las organizaciones sociales que han mantenido sus dos pies en las calles, dejan expresa su opinión.
Marcos Fauré, Vocerx Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarixs:
¿Qué opinas sobre la gestación del proceso del plebiscito?
Desde la Asamblea creemos que evidentemente es repudiable el cómo surge el acuerdo que después devino en este plebiscito. Es un acuerdo que se llama “acuerdo por la paz” en un contexto en el cual evidentemente no se puede pedir paz si es que están asesinando a tu propio pueblo. En donde ciertos sectores de la casta política se abogaron la voz de todo el pueblo cuando ellos mismos son responsables de todo lo que pasó justamente en octubre del año pasado, y ellos también son responsables de todo el malestar; de toda la revuelta; también fueron quienes administraron el modelo. Entonces evidentemente no se pueden venir a plantear ahora como parte de la solución, cuando ellos en verdad son el problema. Además, es un acuerdo que no garantizó y no garantiza hasta el día de hoy el juicio y castigo por las violaciones a los derechos humanos y tampoco la libertad para los/as presos/as políticos/as de la revuelta. Entonces evidentemente fue un acuerdo que surgió para poder salvar la cabeza de Piñera, para poder salvar a la casta política y a todas sus instituciones del avismo, porque evidentemente el pueblo no les cree y tampoco les creía en su momento. Trataron de apaciguarnos, pero afortunadamente hasta el día de hoy seguimos de pie luchando.
¿Cuál es la relación entre el plebiscito y la revuelta?
La relación entre el plebiscito y la revuelta tiene que ver con que la nueva constitución es una de las tantas y enfatizo en eso, es una de las tantas demandas del pueblo que ha exigido históricamente. En verdad es un mínimo, que sería el hecho de hace 30 años haber cambiado la constitución de Pinochet para por lo menos tener una democracia con un poco más de credibilidad, pero también sabemos que no es tan solo la constitución la que sostiene el modelo que hoy en día nos tiene en las condiciones que estamos; tan precarizados y precarizadas, tanto les estudiantes, les trabajadores, como el pueblo en su conjunto. Entonces sabemos que acá no es tan solo cambiar la constitución, sino que es cambiar todo el modelo y por eso estamos luchando hoy y seguiremos en la lucha.
¿Qué expectativas tienen de un inminente proceso constituyente?
En verdad en torno a las expectativas de este proceso constituyente, nosotros no tenemos ninguna expectativa sobre las instituciones, sobre la casta política, sobre las autoridades… porque sabemos que ellos solo velan por sus propios intereses y los intereses de los empresarios que están detrás de ellos. Debemos confiar profundamente en la capacidad de nuestro pueblo, el pueblo en su conjunto, de poder superar todas las barreras y todas las trabas que se colocaron justamente desde la casta política para tener el control de este proceso y también superar todas las barreras que se han impuesto durante todo este tiempo. Entonces, nuestras expectativas están justamente en que en este proceso se plasmen derechos mínimos y básicos, pero también seguir en la construcción y en la constitución de la nueva sociedad que es la sociedad que queremos.
¿Cuáles son las principales demandas a instalar en este contexto?
Creemos que las demandas principales a instalar no van tan solo dentro del marco de lo que es una nueva constitución, sino que va mucho más allá. Tienen que ver también con el juicio y castigo para los responsables políticos y materiales de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, sino también la libertad para los presos y presas de la revuelta. También muchas de las demandas van en torno a dejar atrás al sistema de mercado que nos rige hoy en día, pero sabemos que esto no basta, sino que también tiene que ver con la construcción de una nueva sociedad desde los territorios; desde nuestros liceos; desde nuestros trabajos, con control comunitario entre todos los estamentos y el conjunto de actores.
¿Qué debería ocurrir con las manifestaciones?
La lucha popular, la lucha del pueblo y la revuelta van mucho más allá de una nueva constitución. Mucho más allá de un plebiscito, y tiene que ver con la concepción, con el nacimiento, la construcción de una nueva sociedad. De cambiarlo todo y en ese mismo contexto creemos que las manifestaciones van a seguir, van a seguir expandiéndose, van a seguir dándose tanto en plaza dignidad, como en todos los territorios. No tan solo este año, sino que también por todo el proceso que se abrió desde el 18 de octubre y que hasta el día de hoy aún se mantiene.
¿Cuál es el llamado al pueblo?
El llamado es a seguir articulándose, a la organización popular, a seguir manifestándonos, a no soltar la calle. Sabemos que tanto la organización territorial, popular, en nuestros establecimientos, en nuestros trabajos, en cada uno de nuestros territorios, como también las calles y la protesta popular son las únicas garantías que tenemos. Es la única forma de garantizar que nuestras demandas se cumplan tanto dentro del proceso que se viene, como en todo lo demás.