El retardo de las elecciones nacionales en Bolivia hizo estallar al movimiento trabajador indígena, quienes han levantado bloqueos a las principales ciudades del país altiplánico. La compleja situación se ha extendido por semanas y preocupa el abastecimiento de los hospitales y mercados. Mientras el Gobierno interino le baja el perfil a la situación en las carreteras, los manifestantes amenazan que continuarán hasta que renuncie Jeanine Áñez.
El 3 de agosto comenzaron los primeros bloqueos en las carreteras para que el abastecimiento de productos no llegara a las principales de ciudades de Bolivia. Una medida de presión que ha adoptado el movimiento trabajador indígena para exigir, entre otros puntos, la salida de Jeanine Áñez del poder. El bloqueo consiste en prohibir el paso de alimentos que nutren los mercados.
Todo comenzó con la postergación de las elecciones nacionales, trasladadas desde el 6 de septiembre hasta el 18 de octubre. Así, el proceso democrático vendría a poco menos de un año desde que el ex presidente Evo Morales renunciara a su cargo luego de una enorme presión a raíz de una denuncia por fraude electoral. Como presidenta interina asumió la hasta ese momento, senadora Jeanine Áñez. Una cuestionada y corta sesión en el Congreso legitimó su mandato por parte del Tribunal Constitucional dado la “inmediatez de la situación”. Ante las críticas y denuncias de una “autoproclamación” de su parte, el Tribunal Plurinacional Constitucionalista reconoció a Áñez como presidenta interina de Bolivia, con la responsabilidad de abrir un proceso democrático a la brevedad.
En medio de las manifestaciones por las elecciones, la Asociación Pro Derechos Humanos de Bolivia denunció amedrentamiento y persecución política luego de que estallara dinamita en la sede de la Central Obrera Boliviana COB. Se exigió al Ministerio Público boliviano que se constituya de oficio en la investigación para esclarecer el ataque a la sede, y así también, a “todos los hechos que busquen aterrar a la ciudadanía”.
En tanto, por redes sociales se han difundido videos donde se ve gente armada en medio de los bloqueos. El Ministro de Defensa, Luis Fernando López, minimizó las protestas en las carreteras y exclamó que “los bolivianos deben confiar en sus Fuerzas Armadas, que están capacitadas para hacer frente a estos grupos armados, que aparecieron en apoyo a los bloqueadores”. Y a pesar de que también sostuvo que la amenaza de los manifestantes no representa un riesgo para el pueblo boliviano, fue el mismo Gobierno quien amagó con un decreto que permita a las Fuerzas Armadas reprimir los bloqueos.
Desde el inicio de las protestas se han contabilizado más de un centenar de puntos de bloqueos en todo el territorio boliviano. Una presión para la salida del Gobierno de facto y el desarrollo de un proceso electoral democrático.